viernes, 15 de mayo de 2009

Mi Querido Ángel




Hermosa y fría era la tarde...
aquella tarde en que te acercaste a mi,
vi tu rostro y tus ojos pidiendo ayuda
gritando por la desesperación de aquel dolor
de ese inmenso dolor que alguien dejo...

Me envenenaste poco a poco,
tu piel, tus palabras y aquellas lagrimas que parecían de sangre
robaron mi ser.

El tiempo transcurría y yo sentía la necesidad de estar cerca de ti,
de curar aquellas heridas y darle calor a tu alma,
me hiciste caer en un profundo sueño,
te apoderaste de mi corazón y…
con tu negra pasión me hiciste ir hacia ti.

Frívolo es tu ser, me compadecía de ti
cuando te veía sufrir y te daba apoyo para continuar,
pero nunca imagine que por ti...
por ti, mi amado ángel, terminaría sangrando.

Que mi oscura alma se rasgaría por tus actos,
no toleraba la idea de perderte, me aferre a una estúpida irrealidad
mientras tu jugabas, yo te amaba y sanaba las heridas de tus alas.

Cada una de tus palabras lograban hacerme divagar,
me aferrabas mas y mas a ti,
decías haber sufrido mucho y que gracias a mi,
gracias a mi, habías vuelto a volar,
que gracias a mi tenias una ilusión más por la cual luchar.

Pero no era así, te reías de mi
de mi estupidez al amarte,
volviste a caer en la trampa de aquel ser,
de ese maldito ser que te hirió.

Una ves trague tu veneno, no lo volveré a hacer,
pagaras el haber roto mis alas,
lloraras sangre de verdad, y no habrá nadie
que te consuele,
que te pueda ayudar.

Mi querido ángel, la hora de sufrir llego
arrancare tus negras y brillantes plumas,
cortare tus alas, y así,
solo así, sentirás lo que sentí yo


No hay comentarios:

Publicar un comentario