miércoles, 2 de diciembre de 2009

La sombra


Y es mi sombra quien me acompaña
es mi tierna soledad la que me salva
durante el eterno crepúsculo de mi alma....
Camino sin dirección ni rumbo fijo
volteo la mirada y solo puedo ver borrosas sombras
inclino mi cabeza y una lágrima brota,
surge de mi obsoleto corazón oxidado.

Viejos recuerdos lúgubres
y armoniosas melodías fúnebres
acompañan mi exilio de la vida,
Complementan una funesta agonía.
El epitafio de mi cripta listo está
y en mi cuerpo marcado con sangre quedará
pues nunca pude omitir mi verdad,
nunca supe olvidar mi realidad...
Más aún así me pregunto
¿Si existir sin pensar hubiera sido mejor que vivir con dolor?
No lo sé, tarde es ya
el tiempo no regresa
y la muerte en instantes presencia hará.

Nuevamente será mi sombra quién me acompañe,
será la soledad la que me salve
durante el eterno viaje
en el pasar de la eternidad y el olvido de mi ser...

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